EL RELATO Y EL PERSONAJE
Hablar de la posibilidad de la ficción que cuenta una realidad que quema la piel de los artistas es limitar la capacidad de diálogo entre espectador y artista, entre el propio espectador y sus múltiples personajes que lo pueblan.
Ver, oír, degustar… Me pongo frente a la pantalla que proyecta y pone en acción el discurso de cada personaje -que anteriormente en su estadio de stop dormían su letargo-, me adentra en un dilema tácito: ¿es ficción o realidad, es crítica o la muestra de esas medias verdades que ofrece la mirada –y el cuerpo- del artista? Son personajes que se mueven y danzan en la pantalla o que en voz en off nos narran unos hechos. Es la ironía y el drama, la alegría y las imágenes que congelan y hacen despertar en el que mira una determinada emoción. ¿Qué pasa? ¿Para qué esos personajes?
El personaje puede ser uno de los yoes del autor. O no. Es una creación a veces que cuestiona, otras que se rechaza, algunas que empuja a pensar que puede cambiar todo lo establecido. Es el movimiento de historias propias que hablan de otras realidades: quizás ese personaje que nos ofrecen es el que abrirá una puerta a nuestra propia forma de concebir la realidad, nos cuestionará y, como posibilidad, condicionará la capacidad de operar en el mundo desde otro lugar.
Dicen que un personaje es parte de uno, dicen que atesoramos muchas caras dentro de nuestro cuerpo. Y esta muestra, entre otras cosas, voltea lo establecido para poner ante el espectador un gradiente de estadios y situaciones donde el discurso de las actuaciones matice la realidad.
“A menudo buscando al Yo nos damos de bruces con el Otro, tal vez porque el Yo tiene cada vez algo de Otro o porque el Yo es la imposibilidad última de una esencia eterna, sencillamente porque tal esencia no existe de partida (p. 60)”. Y esto ofrece la muestra: desde las trayectorias distintas y diversas de cada uno de las autorías que se agrupan en la exposición, nos ofrecen –lo común entre todas- que hay muchos personajes que nos hablan de otros latitudes y podrán en cuestión nuestro discurso y, haciendo uso de las palabras de Estrella de Diego: “Sobre esos escenarios habita lo que ha de ser mirado, lo inalcanzable, lo intocable y, por tanto, lo que podría ser objeto de deseo. Aunque, a la vez, habita lo que preferíamos no tocar, ni tener cerca; lo que es mejor limitarse a mirar. Más vale quedarse fuera de lo que sucede sobre el escenario, mantenerse a salvo, si bien preservando el control de la mirada. Esa es la filosofía del espectador del naufragio: control y seguridad (DIEGO, E. de, No soy yo. Autobiografía, performance y los nuevos espectadores, Madrid, 2011, p. 105.)
¿Serás capaz de dialogar con cada uno de los personajes que se te proponen y llevarte algún lugar de tu iconografía personal y ver cómo pueden operar en ti desde otras latitudes?
Texto: Manu P. Palomo
ARTISTAS
Francesca Fini (ita), Félix Fernández (esp), Gabrielle Stellbaum (ale), Shahar Marcus (isr), Jordi Bernardó (esp), Carlos Llavata (esp), Paula Lafuente (esp), Rallito-X (esp) y Pavel Buchler (che)