El fobos como elemento subvertor de la realidad
El miedo se relaciona con lo impredecible, la repetición de los hechos y la seguridad del resultado de los procesos que proporcionan sosiego, continuidad, paz. Desde este punto de vista el desorden puede devenir en miedo. La paradoja con la que juega PROYECTOR 2019 hace propia la idea de Becket:
“El único medio de renovación consiste en abrir los ojos y contemplar el desorden.
No se trata de un desorden que quepa comprender.
He propuesto que lo dejemos entrar porque es verdad”
O, mirado desde Lacan, hemos trabajado con la materia que exhibimos. Los medios culturales utilizan ¿utilizamos? la pulsión del Tánatos para apaciguar la pulsión misma y permitir la vida en sociedad, un exorcismo de la realidad. La realidad subvertida.
Lukas Marxt con Two Skies nos expone a un horizonte imposible, un juego paradójico de infinitos que conecta con los miedos a peligrosos vórtices, no de la realidad terrestre, sino del alma humana. Ruido blanco, surrealismo, el alejamiento de espacios posibles desde esta orilla de la realidad.
Yuan Goang-Ming a través de Dwelling juega con nuestras seguridades cotidianas a través una premonición en loop de implosión-explosión que nos obliga a enfrentarnos a las fisuras de construcción de nuestro propio Yo, o de los miedos de no poder alcanzar las satisfacciones sociales. La atracción de los opuestos.
Ida Schmutz nos transporta a un mundo aséptico ¿real o artificial? Tal vez no importa. Welcome to the first World retrata los deseos de una sociedad agorafóbica. La construcción de un mundo estéril que apacigua nuestras inseguridades, el cuestionamiento de nuestra esencia (en este caso de la sociedad alemana) dual, basada como sociedad posmoderna, en los falsos horizontes y seguridades del consumismo.
Renata Poljak entra en una partida surrealista polisémica, Yet another departure representa una realidad hundida, submarina, que esconde la memoria de uno de los miedos más ancestrales del ser humano. Oxímoron: Guerra Fría. Peluches y personajes de acero. El hundimiento, no solo oligárquico, y la atracción de las ruinas del imperio bajo las aguas.
Nuno Lacerda llega a Samarra como a un no-lugar que ha perdido su esencia, a la misma leyenda de donde no es posible escapar. Un laberinto de posibilidades que configuran una realidad de ficciones posibles desde las leyes de la combinatoria. Donde la angustia también nos mira, sondeando nuestros recuerdos sin encontrarlos y sin lograr el orden narrativo que nos devuelva la seguridad.
Huang I-Hsiang nos encontrará agazapados para tratar de descubrir el trampantojo digital, efímero, site specific y, por lo tanto, impredecible. La duda, un fake continuo que puede ser poético y delicado si el artista está decidido a transportarnos hacia lo sensible. Siempre el miedo del desorden en la percepción de nuestra realidad.
Texto: Joana Groba