Cineteca Madrid
19-24.11.2025. Festival RIZOMA
«Del Ouroboros al loop actual»
Artistas: Anna Gimein, Ilaria di Carlo, Javier Olivera y Lukas Marxt
Calendario:
Martes 19 NOV 2024. 21h. Sala Azcona
Anna Gimein, de la O
Jueves 21 NOV 2024. 19:30h. Sala Plató
Ilaria di Carlo, The Divine Way
Jueves 21 NOV 2024. 20:30h. Sala Azcona
Lukas Marxt , Circular Inscription
Sábado 23 NOV 2024. 20:00h. Sala Plató
Javier Olivera, A possible portrait of my mother
Domingo 24 NOV 2024. 20:30h. Sala Azcona
Lukas Marxt, Reign of Silence
La exposición «Del Ouroboros al loop actual» surge de la simbología del *Ouroboros*, tema central del festival RIZOMA 2024, donde la serpiente que devora su propia cola representa un ciclo eterno de creación, destrucción y renacimiento. Este arquetipo de continuidad aparece en culturas tan dispares como la mitología nórdica, el hinduismo y las civilizaciones mesoamericanas, convirtiéndose en un emblema universal del flujo cíclico de la vida. En la alquimia, representa la unidad de los elementos y el constante cambio de forma: nada desaparece, solo se transforma. Este ciclo eterno, de vida y regeneración, inspira y se refleja en cada obra de esta muestra audiovisual.
La exposición reúne piezas audiovisuales que exploran la repetición como un recurso tanto narrativo como filosófico, en un diálogo entre el tiempo, la memoria y la naturaleza. Curada por Loops.Expanded en colaboración con PROYECTOR para el Festival RIZOMA, la muestra se despliega como un conjunto de narrativas en espiral que invitan al espectador a reflexionar sobre el sentido cíclico de la existencia y el rol del individuo en el vasto paisaje de la experiencia humana. Las obras de Anna Gimein, Ilaria di Carlo, Javier Olivera y Lukas Marxt ofrecen perspectivas únicas sobre cómo el bucle puede revelar las capas ocultas de nuestra percepción.
Gilles Deleuze explora en «Diferença e Repetição» (1968) la idea de que la repetición es una forma de diferir: «No se repite lo idéntico, sino aquello que siempre cambia en su devenir.»
En de la O, Anna Gimein juega con la ambivalencia de la palabra «idle» (ocioso), explorando su connotación de género y el límite entre quietud y locura. A través de un movimiento repetitivo, su instalación cuestiona el autocontrol y la autopercepción, como un reflejo visual del Ouroboros: una figura en rotación perpetua que nos recuerda cómo los viejos conceptos de feminidad se renuevan continuamente, «enloqueciendo» en una autoexploración infinita. Como la artista señala, el giro en la pieza evoca la lucha entre la disciplina y su pérdida, aludiendo al ciclo del dominio y la liberación que plantea el Ouroboros.
Ilaria di Carlo, en The Divine Way, nos invita a un descenso inspirado en la *Divina Comedia* de Dante, donde una protagonista atraviesa un laberinto interminable de escaleras. Este viaje evoca una narrativa visual en la que los espacios cambian y la inmersión en el «inframundo» actúa como un ciclo introspectivo, una bajada continua que explora la búsqueda de identidad y el autodescubrimiento. En palabras de Nietzsche, “Si miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti”. Esta pieza refleja el ciclo de muerte y renacimiento de una manera metafórica, envolviendo al espectador en un proceso constante de transformación.
Javier Olivera explora en A possible portrait of my mother la naturaleza del afecto y la memoria. A través de imágenes de archivo y películas en Super 8, utiliza el bucle como recurso que, como en un mantra, evoca la intimidad y el deseo de preservar el pasado. Este bucle afectivo, una repetición incesante de recuerdos, refleja el ciclo del Ouroboros, donde la nostalgia se convierte en un acto de creación continua. La repetición de una sola nota musical a lo largo de la pieza potencia esta atmósfera de trance, sugiriendo que la memoria es en sí un «bucle infinito», una espiral que nunca se apaga, sino que se transforma sin cesar.
Lukas Marxt presenta en Circular Inscription y Reign of Silence dos piezas que rinden homenaje al Land Art de los años sesenta y setenta, con una estética minimalista que remite a obras icónicas como el Spiral Jetty de Robert Smithson. En Circular Inscription, un coche traza espirales en el seco lago El Mirage, mientras que Reign of Silence muestra el movimiento de una lancha en un lago solitario, que deja una estela efímera. Ambas obras resaltan la relación entre el ser humano y el entorno natural y exploran la noción de permanencia frente a lo temporal. Como en el Ouroboros, los círculos y espirales que deja la intervención humana en el paisaje se desvanecen eventualmente, recordando la «huella temporal» que cada ser deja en el ciclo universal.
La estructura en bucle de estas obras es, a su vez, un eco de la evolución del cine en un ciclo de «muerte y renacimiento»: desde la llegada del sonido y el cine digital hasta la era de los algoritmos, el medio ha sobrevivido, adaptándose a las nuevas demandas y redefiniendo su identidad. Hoy en día, el cine parece encerrado en su propio Ouroboros, en un continuo proceso de autorreferencia y transformación, donde «el fin es el principio». Como afirmó Heráclito, «Nada es permanente excepto el cambio». En este ciclo de creación y disolución, «Del Ouroboros al loop actual» ofrece una reflexión visual y filosófica sobre la temporalidad, la percepción y la perpetua reinvención del arte y la vida.
‘From Ouroboros to the current loop’.
The exhibition ‘From Ouroboros to the current loop’ arises from the symbolism of *Ouroboros*, the central theme of the RIZOMA 2024 festival, where the serpent devouring its own tail represents an eternal cycle of creation, destruction and rebirth. This archetype of continuity appears in cultures as disparate as Norse mythology, Hinduism and Mesoamerican civilisations, becoming a universal emblem of the cyclical flow of life. In alchemy, it represents the unity of the elements and the constant change of form: nothing disappears, only transforms. This eternal cycle of life and regeneration inspires and is reflected in each work of this audiovisual exhibition.
The exhibition brings together audiovisual pieces that explore repetition as both a narrative and philosophical resource, in a dialogue between time, memory and nature. Curated by Loops.Expanded in collaboration with PROYECTOR for the RIZOMA Festival, the exhibition unfolds as a set of spiralling narratives that invite the viewer to reflect on the cyclical meaning of existence and the role of the individual in the vast landscape of human experience. The works by Anna Gimein, Ilariadi Carlo, Javier Olivera and Lukas Marxt offer unique perspectives on how the loop can reveal the hidden layers of our perception.
Gilles Deleuze explores in ‘Diferença e Repetição’ (1968) the idea that repetition is a form of differing: ‘One does not repeat the identical, but that which always changes in its becoming’.
In de la O, Anna Gimein plays with the ambivalence of the word ‘idle’, exploring its gender connotation and the boundary between stillness and madness. Through repetitive movement, her installation questions self-control and self-perception, as a visual reflection of the Ouroboros: a perpetually rotating figure that reminds us how old concepts of femininity are continually renewed, ‘going mad’ in an infinite self-exploration. As the artist points out, the twist in the piece evokes the struggle between discipline and its loss, alluding to the cycle of mastery and liberation posed by the Ouroboros.
Ilaria di Carlo, in The Divine Way, invites us on a descent inspired by Dante’s *Divine Comedy*, where a protagonist traverses an endless labyrinth of stairs. This journey evokes a visual narrative in which the spaces change and the immersion into the ‘underworld’ acts as an introspective cycle, a continuous descent that explores the search for identity and self-discovery. In the words of Nietzsche, ‘If you look long into an abyss, the abyss also looks into you’. This piece reflects the cycle of death and rebirth in a metaphorical way, involving the viewer in a constant process of transformation.
In A possible portrait of my mother,Javier Olivera explores the nature of affection and memory. Through archival images and Super 8 films, he uses the loop as a resource that, like a mantra, evokes intimacy and the desire to preserve the past. This affective loop, an incessant repetition of memories, reflects the cycle of Ouroboros, where nostalgia becomes an act of continuous creation. The repetition of a single musical note throughout the piece enhances this trance-like atmosphere, suggesting that memory itself is an ‘infinite loop’, a spiral that never dies out, but is endlessly transformed.
Lukas Marxt presents in Circular Inscription and Reign of Silence two pieces that pay homage to the Land Art of the sixties and seventies, with a minimalist aesthetic that refers to iconic works such as Robert Smithson’s Spiral Jetty. In Circular Inscription, a car spirals across the dry Lake El Mirage, while Reign of Silence shows the movement of a motorboat on a lonely lake, leaving an ephemeral wake. Both works highlight the relationship between humans and the natural environment and explore the notion of permanence versus the temporal. As in Ouroboros, the circles and spirals left by human intervention in the landscape eventually fade away, recalling the ‘temporal imprint’ that each being leaves in the universal cycle.
The looping structure of these works is, in turn, an echo of the evolution of cinema in a cycle of ‘death and rebirth’: from the advent of sound and digital cinema to the age of algorithms, the medium has survived, adapting to new demands and redefining its identity. Today, cinema seems locked in its own Ouroboros, in a continuous process of self-reference and transformation, where ‘the end is the beginning’. As Heraclitus stated, ‘Nothing is permanent except change’. In this cycle of creation and dissolution, ‘From Ouroboros to the current loop’ offers a visual and philosophical reflection on temporality, perception and the perpetual reinvention of art and life.