15.09.2024. 12h. Espacio Rastro

15.09.2024. 12h. Espacio Rastro

Espacio Rastro
No les quedaba aliento para decirlo
14-15.09.2024

Inauguración: 15.09.2024. 12h

Artistas: Alejandro Manzano Tomás (esp), Andrey Guaianá Zignnatto (bra), Derek Kreckler (aus), Eva Claus (bel), Ignacio Navas (esp), Kruman (esp), Noel Black (eeuu), Petra Mrsa (cro), Santiago Colombo Migliorero (arg), Sumin Kim (sko)

 

“My dear, here we must run as fast as we can, just to stay in place. And if you wish to go anywhere you must run twice as fast as that”

Lewis Carroll, 1865.

Flexión, extensión, abducción, aducción, rotación, circunducción, inversión, eversión y todas las combinaciones entre éstas, son posibles desplazamientos de un cuerpo en el espacio. Un plano cenital del techo es el punto de vista. Un mínimo movimiento del hombro y concatenadamente otros músculos van cambiando de posición haciendo imposible paralizar el resto del cuerpo. Nos movemos de un lugar a otro, a veces con un objetivo fijo, otras veces por inercia o como respuesta al movimiento de otros cuerpos, otros objetos.

Si estoy en el metro y alguien invade mi espacio personal me muevo, aunque algunas veces no puedo. Hay un ejercicio, cuando estás aprendiendo a bailar tango, que consiste en que la pareja tiene que moverse sin tocarse, solamente guiándose por la sinergia de los cuerpos, para ello hay que estar muy muy atento al compañer@ que guía, y sentir las sutiles indicaciones de la energía que emana en el enfrentamiento de ambos cuerpos. Toda acción genera una reacción de igual intensidad, pero en sentido opuesto, dice la tercera Ley de Newton. Una mariposa mueve sus alas y empieza a llover.

La velocidad a la que vemos pasar una sucesión de imágenes fijas en el cine nos hace creer que estamos presenciando el acontecer de una acción, de un movimiento, ¿pero es esta una mera ilusión, o es que acaso podemos pensar que el movimiento de nuestros cuerpos está compuesto de fotogramas fijos que somos incapaces de percibir como una imagen en movimiento?

La primera vez que retome las clases de natación temblaba de miedo. Temía no recordar nada y quedar completamente vulnerable a los 4 metros de profundidad del agua distribuida en 30 metros de largo. Para mi sorpresa, el cuerpo conocía mejor que yo esos movimientos. El cuerpo tiene memoria, me decían. Automáticamente pensé en las veces en la que me trasladaba a sitios, que si me preguntas, te diría que no sabría llegar, ni tampoco indicarlo en un mapa. Sin embargo, más veces de las que puedo contar con los dedos de ambas manos, me he desplazado de un lugar a otro solamente por la memoria que el cuerpo conserva del espacio.

Movimiento inmovilidad, movimientos fijos. En el juego también hay movimiento y una acción demanda una reacción, inclusive si permanecemos inmóviles, como en un mannequin challenge esperando el movimiento de una cámara.

Para Gadamer jugar es siempre jugar-con, incluso quien mira el juego participa. Y, en ese sentido, “toda obra deja al que la recibe un espacio de juego que tiene que rellenar”. Pero, si una obra aborda el juego, ¿nos posicionamos ante una tautología? Jugar para jugar, jugar para jugar-con, accionar para desacelerar.

En este continuo de movimientos y reacciones, el juego de los cuerpos en el espacio deviene en un complejo entramado de interacciones y memorias, la velocidad en la que transcurren las sucesiones de fotogramas imperceptible a nuestros ojos queda expuesta. Nos desplazamos de un lugar a otro, a veces con un objetivo fijo, otras veces por inercia, respondiendo al entorno y a otros cuerpos. Al final, seguimos corriendo, quizás sin la intención de avanzar, sino simplemente para permanecer en el mismo lugar.

Texto: Yese Astarloa

 

Hey had no breath left to say it

«My dear, here we must run as fast as we can, just to stay in place. And if you wish to go anywhere you must run twice as fast as that».

Lewis Carroll, 1865.

Flexion, extension, abduction, adduction, rotation, circumduction, inversion, eversion and all combinations of these are possible displacements of a body in space. A zenithal plane of the ceiling is the point of view. The slightest movement of the shoulder and concatenated with other muscles changes position making it impossible to paralyse the rest of the body. We move from one place to another, sometimes with a fixed objective, sometimes by inertia or in response to the movement of other bodies, other objects.

If I am in the metro and someone invades my personal space I move, although sometimes I cannot. There is an exercise, when you are learning to dance tango, that consists of the couple having to move without touching each other, only guided by the synergy of the bodies, for this you have to be very very attentive to the partner who guides, and feel the subtle indications of the energy that emanates in the confrontation of both bodies. Every action generates a reaction of equal intensity, but in the opposite direction, says Newton’s third law. A butterfly flaps its wings and it starts to rain.

The speed at which we see a succession of still images in the cinema makes us believe that we are witnessing the happening of an action, of a movement, but is this a mere illusion, or is it possible to think that the movement of our bodies is composed of still frames that we are incapable of perceiving as a moving image?

The first time I took swimming lessons I was shaking with fear. I was afraid that I wouldn’t remember anything and that I would be completely vulnerable in the 4 metres of water spread out over 30 metres. To my surprise, the body knew these movements better than I did. The body has memory, I was told. I automatically thought of the times I moved to places that, if you ask me, I wouldn’t know how to get to, nor would I know how to indicate it on a map. However, more times than I can count on the fingers of both hands, I have moved from one place to another only by the memory that the body retains of space.

Motion immobility, fixed movements. In play there is also movement and an action demands a reaction, even if we remain motionless, as in a mannequin challenge waiting for the movement of a camera.

For Gadamer, playing is always playing-with, even the one who watches the game participates. And, in this sense, «every work leaves the receiver a space of play that he or she has to fill». But, if a work deals with play, are we facing a tautology? Play to play, play to play-with, act to decelerate.

In this continuum of movements and reactions, the play of bodies in space becomes a complex web of interactions and memories, the speed at which the successions of frames pass imperceptible to our eyes is exposed. We move from one place to another, sometimes with a fixed objective, sometimes by inertia, responding to the environment and to other bodies. In the end, we keep running, perhaps without the intention of moving forward, but simply to stay in the same place.

Text: Yese Astarloa

 

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