ARTISTAS 2020
A vuelta con los relatos. Feminismo, feminismos y otras sumas
Artistas: Marina Abramovic (yug), Shirin Neshat (ira), Helen Anna Flanagan (ing), Ana Esteve Reig (esp) y Núria Güell (esp)
Roland Barthes escribiría en 1980 su última obra: Cámara lúcida. Este texto, personal y conector de lo cotidiano y sus últimas obsesiones, nos ofrece dos conceptos que nos permiten acercarnos a esta muestra de videoarte que, en definitiva, está hablando de relatos y de la vida. El primer término es el studium, que alude al tema, a la trama; y el puctum, el detalle que secuestra nuestra atención y nos enfrenta a la historia de una manera alucinada y enfatizada. Siéntate o ponte enfrente de la proyección y busca estas dos coordenadas. ¿Qué siente?, ¿qué piensa?, ¿qué ve?
Las respuestas serán múltiples gracias a la subjetividad personal, al conglomerado de historias y narraciones de cada cuerpo que ocupa la sala, de las experiencias vividas y las que también se han fabulado. Desconozco si lo que fantaseamos no es experiencia verídica, que es ese simulacro que se aproxima a la verdad, aunque de forma más descafeinada. Nos enfrentamos a tramas donde las mujeres son las protagonistas y, en estos tiempos donde el feminismo copa titulares y debates en los medios de comunicación, podemos dialogar con que está pasando. No pretendo definir que es el feminismo y si estoy a favor de usar un plural o no; teóricas feministas ya han publicado múltiples trabajos que ofrecen los matices necesarios para que te haga sentido un ideario frente u otro. Tal vez, en estas filmaciones, que las diferentes artistas han diseñado, grabado y montado para que sean visionados por otro y, de esta manera, dialogar con un espectador-testigo de esa realidad, tengan su propia definición. En el terreno de lo obvio diré que son relatos de mujeres en opresión (o no), recluidas (o no), en diálogo (o no), y que precisan agitar su cuerpo, darle movimientos para emanciparse del silencio y que la historia en minúscula sea relatada y, por consiguiente, ocupe un espacio.
Son mujeres que sufren, mujeres que están a otro lado de mis ojos que me están contando algo. Un relato propio y personal que se redimensiona por la participación del que lo contempla. No sé a donde me quieren llevar estas piezas -y tampoco es lo interesante- sino hasta dónde me permito caminar, salir de mi terreno conocido y dejarme seducir -ya sea por encantamiento, o porque me siento extrañada, o me repulsa- y que, cuando salga de este espacio dedicado a esta muestra, me configure de otra manera, una brizna de otros relatos que se inserta, cosen -con puntada aún de hilván- y me lanza a la calle para seguir viviendo.
La cárcel, la respiración, cuerpos que deambulan, las voces en off, los diálogos… son recursos que nos pueden llevar a pensar que no existe ese relato único, sino que la realidad son facetas por pulir de un mineral precioso. El feminismo sería algo así: fragmentos de vidas escritas por cuerpos que se repiensan y ofrecen otras formas de habitar la tierra. No sé si eres feminista o si ser feminista para ti signifique algo; el feminismo, con sus plurales, son aproximaciones legítimas que dotan de herramientas para pensar en dónde estamos y qué vías alternativas existen para salir del encierro y opresión. Y en estos vídeos nos ofrecen lo mismo: la posibilidad de ser testigos de la tensión entre lo que siempre ha sido y otras miradas, otras voces, las posibilidades hasta el infinito de expresar, y que el arte es revulsivo de conciencia que precisamos para caminar.
No discutas con si te convence o no te convence; atrévete a dar la mano a cada artista y viaja a través de la historia. En esa fusión algo nuevo te espera. O no.
Texto: Manu Palomo