Tabacalera. Promoción del Arte

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2019

AGENDA

ARTISTAS 2019

Canciones para una revolución

La muestra Canciones para una revolución se encuentra ocupando las estancias Estudios y La Fragua de Tabacalera. Promoción del Arte.

Inspirada en el mítico documental anti-franquista Canciones para después de una guerra en la que Basilio Martín Patino se jugaba su vida poniendo imágenes y sonido en y a una España donde la libertad se debatía con la constante censura.

Con PROYECTOR no pretendemos jugarnos nada, pues tampoco tenemos nada que perder. Hoy en día hay una doble censura: la que recae sobre el individuo por expresarse en las redes y la que indirectamente se sufre a través del silencio administrativo acomodado.

Creemos que a pesar de la pasividad aplastante ante el descrédito de la clase política y del propio sistema económico, debemos encontrar en nosotros mismos nuevas formas de enfrentarnos a nuestro tiempo.

Nosotros queremos ofrecer pequeñas píldoras, unas somníferas otras revulsivas, que invitan, cada una a su modo, a posicionarnos, a levantarnos, a reaccionar.

Para Estudios hemos escogido 7 piezas, que desde la poesía, la ironía o la metáfora, nos acercan a las revoluciones y al sentimiento revolucionario con la sutileza de la reflexión abierta y profunda.

Para crear una revolución es necesario romper con lo anterior, es necesario que el presente se convierta en pasado, que sufra la metarmosis de un cambio provocado por nosotros mismos, quemándolo hasta su conversión a ceniza, enfrentándonos a las consecuencias del futuro que hemos activado. Así, Olga Diego en la pieza Fuego en la cabeza, se quema el cabello travestido en su alter ego femenino.

Pero lo bonito de las revoluciones es que dejan estribillos, ascuas y éstas siempre pueden prender de nuevo, casi de modo silencioso, casi sin avisar.

Continuando con estas obras en las que el cuerpo es el protagonista y la revolución se hace desde uno mismo, la artista Elke Andreas Boon nos invita a escoger entre ser un espectador subido al vagón en su obra Train o mirar desde los ojos de la propia accionista, como siempre crítica, irónica, llena de rabia.

Más conceptual, más metafórica pero rotunda y expresiva, la pieza Inabarcable de Katherinne Fiedler, que nos presenta 2 barcos en medio del mar y mediante el ladrido de un perro llamado Rambo nos cuestiona el concepto de frontera, de límites, de pertenencia y de propiedad.

Todas las revoluciones necesitan de imágenes clave, de símbolos, de consignas que sirvan para hacer camisetas o pósters. Remontémonos a la era preInstagram. João Tabarra nos presenta una imagen más que conocida: tanques preparados y un sólo hombre que se enfrenta al sistema, a la muerte programada. En este caso, el artista portugués con la obra Barricades improvisées actualiza la imagen ya predispuesta y nos invita a enfrentarnos a lo que más tememos, a lo más peligroso, en su caso ¿el mercado?

Pasado y presente, jabón y participación ciudadana. Quizás un pequeño homenaje de Jaume Pitarch, en su pieza Jabón de Alepo a todos los desplazados, y sobretodo a los más recientes. Mucho desgaste, guerras fratricidas, destrucciones… pero sólo el compañerismo, sólo el poder de todos puede hacer cambiar las cosas y a la vez puede hacer que lo más básico desaparezca poco a poco.

Patxi Araújo nos presenta una pieza entre lo mecánico y lo audiovisual. En A Political Automaton Called 33 Notes, Trump y el Himno de La Internacional se abrazan entre máquinas que intentan hablar del 4´33¨ en homenaje a John Cage. En esta era de hiperconexión, la revolución industrial y tecnológica son las primeras herramientas para controlar las masas y manipular a futuros votantes.

Por último, cerrando la sala y enfrentada al ladrido sordo de la pieza de Katherinne, Sergio Cáceres nos presenta un monitor de tubo catódico a modo de discurso canónico, de Gran Hermano controlador y omnipresente. Por otra parte vemos, o más bien percibimos, que hay otros discursos, pero que la censura no nos permite acceder a los mismos al encontrarse escondidos tras las puertas que impiden el paso al ciudadano de a pie. Verbo, como ha querido titular el artista esta pieza creada exprofeso para esta sala, nos llena de inquietud, de deseo por descubrir, por conocer, nos invaden las ganas de abrir puertas y ventanas, y quizás nos empuje hacia la sala La Fragua, donde los contenido, instalaciones y acciones buscan la realidad del concepto revolución, habitándolo.

Para La fragua hemos escogido 5 piezas que reflexionan entorno a los conceptos de revolución, patria y nación.

La muestra abre con el intento de Rubén Martín de Lucas de conquistar pequeños trozos de hielo, en su obra Icebergs Nations – Sobre la naturaleza líquida del concepto nación, hielo que desaparecerá en horas o días. Efímeras y en jaque ante la propia acción, el concepto de nación, la bandera y la patria se diluyen bajo la frialdad con la que la razón disuelve las ideas.

Para repensar la historia de España, para reencontrarnos con nuestro pasado y no olvidarlo, está la obra Lo que no puede ser visto debe ser mostrado, de la artista María Ruido, narrada a través de imágenes de distintas películas, algunas extraídas del mismo No-do.

Como acto revolucionario se puede ver la obra de Bárbara Fluxá Proyecto Coche: excavando el final del siglo XX (2006-2009), en la que, movilizando las fuerzas de su entorno, consigue intervenir un paisaje símbolo de la decadencia de un sistema que se estanca, del corroído entramado social que invade impasible nuestro espacio, estampa oxidada que refleja el paradigma del desarrollo industrial y tecnológico, y de los movimientos sociales que acontecieron en la época, en especial en las luchas obreras de los 80´s.

Mucho más directa, la obra Apátrida por voluntad propia de Núria Güell, pone en tela de juicio el poder establecido. Al igual que Rubén, habla del concepto de patria negando su pertenencia a ese grupo, y ejecuta su derecho a expatriarse, acción que, como la propia palabra, no es aceptada por los valores establecidos.

La muestra se cierra con Tomar las calles que, a diferencia de las anteriores (más cinematográficas), el artista argentino Andrés Denegri nos presenta las grandes marchas que levantaron su país en la pieza coral a 3 canales. Un intento de hacernos cómplices de los grandes revolucionarios que lucharon e incluso llegando a morir por defender sus ideales. ¿Y dónde mejor que en La Fragua para continuar con esas luchas y al menos no perder los derechos adquiridos?

Situaos donde creáis, impasibles, golpeados, irónicos, políticos, conmemoradores, atacantes o quemados, pero nunca dejéis de luchar.

Comisario: Mario Gutiérrez Cru

Además, continuando nuestra labor educativa de los LAP (Laboratorios Arte PROYECTOR) en la sala de IDEAS de Tabacalera realizaremos un Encuentro de artistas, una presentación del último trabajo de João Tabarra y un Taller con DEMOCRACIA.

2018

ARTISTAS 2018

Espacios a Habitar

Las piezas de videocreación y videoinstalación que se muestran en esta sala presentan una serie de espacios junto con la propuesta de un modo de acceder a ellos que se aparta de la narrativa del mundo a la que estamos acostumbrados. Los artistas, habiendo alterado sus códigos habituales, jugando con las leyes naturales, escalas y tiempos o mediante la retirada e introducción de elementos clave, provocan un extrañamiento que nos obliga a volver a palpar, reconocer y componernos con estos lugares que ya no responden a nuestras expectativas.

Adentrados en estos espacios que se nos presentan extendidos en alguna dirección y desplazados respecto del mapa de coordenadas que solemos desplegar por defecto, nos corresponde ahora explorarlos con una disposición activa y echando mano de nuevas estrategias de orientación. La imaginación, la memoria, la capacidad de relación, los dejà-vu, junto con lo percibido por los sentidos, entran así en juego para suplir, en función de nuestros afectos, las incertidumbres que surgen al recorrer y volver a habitar estos territorios liberados.

Ello permite, a su vez, que pueda darse en el público que los atraviesa algún tipo de revelación. Así, Mauricio Alejo con Grieta, Línea y Hoyo abre precisamente dichas hendiduras en la realidad más cotidiana, haciendo que asomen sus posibles pliegues, sus caras ocultas o reversibles e invitando a cuestionar la idiosincrasia de aquello en lo que, un momento atrás, ni siquiera habíamos reparado por anodino. En Tango, mediante un juego coreográfico de superposición de lo que podrían ser tiempos pasados, Zbigniew Rybcynski hace visible la memoria de un espacio en el que no deja de reverberar y cuyas puertas y ventanas no son las únicas que quedan abiertas con la entrada y la salida en bucle de los personajes, pues tiene la capacidad de interpelarnos más allá. A su vez, David Benito, Elena Córdoba y Ada Salas, se sirven de una modulación de escalas para hacer perceptible que Lo que muda no muere y ofrecer un paisaje en el que recrearnos que de otra forma pasaríamos por alto. Francesc Torres en Old flames y Ricard Carbonell I Saurí en Patarei Prison han escogido elementos concretos que parecen operar como lazarillos en nuestra marcha de rastreo. Así, los mecheros que va hallando en el campo el primero y la pelota de tenis introducida por el segundo en la antigua prisión y que recorre a botes el edificio, vibran con los respectivos espacios invocando ausencias, generando ecos de un tiempo pasado, movilizando improntas, actualizando historias íntimas y acontecimientos, que, como en el resto de propuestas, dependerá de cada espectador organizar de acuerdo con sus sensibilidades y ambiciones. Christophe Litou propone un reto análogo en Rear Window pero, esta vez, en un espacio que ha sido expresamente vaciado de toda referencia a la trama cinematográfica de la que parte con el fin de que cada cual ponga a trabajar el imaginario propio hasta donde esté dispuesto a llegar, haciéndose cargo de su propia experiencia.

Son ejemplos estos, en definitiva, de la posibilidad que existe siempre a nuestro alcance de realizar vaciados en los espacios que pensamos ya colonizados para volver a ser pioneros en ellos, para volver a habitarlos en la pregunta, para volver a apropiarnos de los mismos con otra mirada, significado e intención.

Texto: Begoña Moreno-Luque

2017

ARTISTAS 2017

FORMATOS Y FORMAS
10 años de PROYECTOR/ Plataforma de Videoarte

PROYECTOR celebra 10 años y por este motivo en la presente edición del Festival y, más en concreto, en esta muestra dedicada al videoarte en Tabacalera Promoción del Arte, se propone realizar una panorámica, no sólo hacia atrás, pensando en el camino ya recorrido y en los artistas que han participado en estos años del proyecto, sino que también con la mirada puesta en la actualidad del videoarte a nivel internacional.

Esta exposición es sin duda un ejercicio de síntesis de una década de labor curatorial dentro de este medio en donde PROYECTOR toma una posición y ofrece su propia perspectiva.

Esta visión sobre el videoarte, que es múltiple, diversa y amplia en lo posible, se ofrece aquí como una agrupación de obras y artistas a través de los cuales se establecen una serie de trazados o trayectos conceptuales. Son unos de los tantos que pudiera haber. Es por tanto un entramado que aunque no pretende contener la totalidad de lo que es el videoarte ofrece esa intención necesaria del discurso.

Un primer sendero que se abre camino a lo largo de esta muestra es aquella que se inicia en los trípticos de Enrique Ramírez o Maya Watanabe y llega, pasando por otros tantos, como Daniel Silvo o Dominik Ritszel, hasta la obra de Salomé Lamas o Katherinne Fiedler. Es el trazado de una imagen evocadora y poética, de una narrativa abierta y que, sin embargo, contiene una realidad social y política concreta. Son paisajes de estética romántica, objetos bellos, imágenes saturadas de color, narrativas suspendidas en el tiempo de cuya contemplación, sin embargo, el artista nos saca para vincularlos directamente con la realidad de la que provienen.

De la imagen evocadora podemos ir hacia el cuerpo presente. El vídeo, aún siendo un ojo que mira sin tocar, nos muestra el cuerpo en sus detalles, en su desnudez, en su fealdad, en su belleza, en su morbosidad. Oscilamos entre el cuerpo mutilado en el vídeo de Joshua Chacón, hasta el cuerpo portador-constructor de identidad en las autobiografías de Cristina Núñez, o al cuerpo performativo de Regina José Galindo, Cristian Guardia o Plinio Villagrán.

Del cuerpo nos trasladamos al dispositivo desvelado, en donde se encuentran las propuestas de Pavel Buchler o Irit Batsry. Aquí lo fílmico, la pantalla, el televisor, adquieren la presencia necesaria como para convertirse en elementos estéticos y con un contenido artístico dentro de la obra.

Más allá de estos tres ejes, encontramos otros, como en las obras de José Galindo y Santiago Sierra o Andrés Montes en donde el vídeo se convierte en un espacio de provocación e ironía, o allí donde el discurso que se deconstruye en los vídeos de Marko Schieffelbein junto al discurso destruído en la obra de Raúl Valverde. Y tantos otros trayectos que el propio espectador podrá descubrir en su propio recorrido.

Texto: Queralt Lencinas

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