> Paula Abalos Santibáñez (chi)
LOS INMORTALES, Re interpretación de los Nenúfares de Monet
5:40
2017
“Los inmortales es una obra coral, más cercana al teatro o al cine que a las artes visuales. ¿Por qué pensarlo así? Porque es una multiplicidad de actores que comparecen en esta pequeña sala. De forma simultánea aparecen Claude Monet y Vincent Van Gogh, los museos de L’Orangerie y Orsay, París y la artista Paula Ábalos. Al mismo tiempo entran en escena personajes que establecen diálogos paralelos, anexos personales en relación a las demás obras presentadas. Una muchacha asiática cuyos colores se combinan perfectamente con los nenúfares de Monet. Un hombre de rasgos árabes que parece un familiar moreno del neerlandés pintor. Finalmente, el coro lo completan los espectadores, aquellos sujetos ante quienes comparecen los personajes dispuestos en la sala, sujetos que lejos de ser pasivos se registran junto a lo dispuesto, buscan inmortalizar el instante a través de la cámara de sus celulares, para luego lanzar esa representación a la interfaz de las interfaces digitales.
Es por ello que pensar en un sujeto central o un clímax en esta narración es imposible, detenerse en la maestría de la obra de Monet, que representando los nenúfares fue agotando su vista hasta la ceguera, un dato romántico que refuerza la exquisitez de sus piezas, ubicadas en una salón circular respetando la concavidad con la que pensó las pinturas el artista parisino. Si el Quijote de Cervantes adelanta todas las figuras literarias en el inicio el siglo XVII, Les nymphéas hace lo propio desde la teoría del color, llevándolo a una profundización, alcance y potencia que hoy llegamos gracias a los medios tecnológicos; justamente como las cámaras que los espectadores utilizan para registrarse. Esa combinación del color y la cámara hace que las imágenes logren una composición única, casi imposible de errar, y que es lograda por la unificación de dos medios, técnico y tecnológico, en pos de conseguir un estadio del color perfecto. Por otro lado, el Retrato del artista, realizado por Vincent Van Gogh es uno de los summúm del romanticismo en la vulgata de la historia del arte, supuestamente en un delirio de locura se corta la oreja por no poder pintarla correctamente, esto llevó a que el excelente pintor post impresionista fuese inscrito en los anales de la historia, en ese lugar reservado para aquellos que transitaron la delgada línea de la demencia y la genialidad, la disciplina y la psicosis. Una justificación perfecta para inmortalizarse junto a él, o la representación de su locura, de su sin oreja, de su estallido bohemio, de su cliché, de sus narraciones politemporales y explosivas (como todos los personajes que comparecen en esta sala).
Por otro lado, pensemos en las voces que se escuchan en la sala, en los registros de estas imágenes, una latinoamericana es la artista, dos centroeuropeos los pintores y una serie de razas posan por la cámara de Paula Ábalos buscando la inmortalidad, como si fuese la caminata por el Tártaro. Los murmullos en diversos idiomas que algunas veces se cuelan por grabación, no son sólo las frases de la artista en inglés o tatareos de sus canciones en momentos de agotamiento, sino también idiomas ilegibles de discusiones menores respecto a los encuadres ante las pinturas, o tal vez, reclamaciones por los caros espacios ante las telas. Podríamos pensar, que en su uso y en exigencia de espacio eterno, los museos restituyen el mito de la torre de Babel, todas las voces y todas las razas se congregan. Su permanencia eterna, ahora por un hashtag quedan en la virtualidad que por dominio y derecho ahora exigen estas instituciones.”
Nacida en Santiago de Chile. Actualmente vive y estudia un Meiterschüler en la Universidad HGB de Leipzig, Alemania.