JOSÉ LUIS LOZANO(esp)
Piedras en la huida. Febrero de 1937
8:45
Videoinstalación
2023
La Desbandá es un recordatorio desgarrador de los horrores de la Guerra Civil Española y las consecuencias devastadoras que tiene para los civiles inocentes atrapados en medio del conflicto. Es un llamado a la reflexión sobre la importancia de la paz, la compasión y el respeto por los derechos humanos. También nos recuerda la importancia de preservar y transmitir la memoria histórica para evitar que los errores del pasado se repitan en el futuro. De muchas de las imágenes que nos han llegado de ese terrible episodio podemos ver una donde aparece en primer plano un niño que lleva una caña de azúcar en la mano y está mirando hacia atrás, es una fotografía de Hazen Size, uno de los compañeros de Norman Bethune, que fue quien realizó la mayoría de las fotografías de la Desbandá en febrero de 1937 y que acompañó en todo momento a la comitiva de civiles que hicieron la carretera de la muerte desde Málaga a Almería en una huida terrible. Los extensísimos sembrados de caña de azúcar, presentes en toda la costa mediterránea de entonces, fue lo que permitió sobrevivir a miles de personas, que iban sin nada que comer. Esos campos que se extendían desde Torre del Mar hasta Adra, a su paso por Motril que hasta entonces eran un vergel, se convirtieron en espacios de refugio para las bombas que caían sin piedad desde el aire y desde el mar generando una masacre sin precedentes. La instalación Piedras en la huida relata este trágico suceso de huida y supervivencia, para ello a través de dos fotografías enfrentadas observamos en una de ellas cómo un grupo de personas consumen cañas de azúcar en un intento desesperado por sobrevivir, estas cañas de azúcar es su único sustento y producto que les mantiene vivos y nutridos, la otra fotografía nos habla de esos campos de cañas de azúcar que fueron devastados por esa población que en su paso tropezaban con esos pedazos de subsistencia. Una imagen que nos golpea en nuestras conciencias, a la vez que nos traslada al lugar de conflicto, lo que entonces fue un espacio de refugio, lugar de supervivencia. Esa misma escena, desde nuestra propia mirada, está presente en el vídeo que acompaña a las dos fotografías. Revivimos nuevamente la cruel escena de miedo e incertidumbre, la imagen nos acerca al espacio real de febrero de 1937, en un intento desesperado por buscar una salida o esconderse o sobrevivir entre los campos de cañadú, mientras atentos asistimos a la evocación de aquellas personas que estuvieron allí y que hoy pueden contarlo, porque efectivamente, sobrevivieron. Ellas cuentan sus historias de vida y muerte, escenas de penurias, momentos de alegría detrás de aquellas cañas que en un momento fueron piedras que como obstáculos encontrarían en un camino tortuoso pero que en muchos casos, fueron un medio de libertad.