
> EMILIO TOMÉ (esp)
Abstracciones
23:35
2008
Abstracciones es un acercamiento a las pieles, las sensaciones táctiles, el deterioro, los rastros del tiempo y el arte escondido en nuestras ciudades. Plantea una reflexión sobre la escala y la percepción de la mirada. Propone una burbuja, un espacio para la contemplación, una ruptura en el tiempo, una grieta, una meditación. El camino de la abstracción supuso una ruptura y una búsqueda formal y expresiva a lo largo del siglo xx, no solo en la pintura, sino en la escultura, la arquitectura, la literatura, la música o la danza. Se pretendía desligar la obra de arte de su carácter representativo (figuración), simbólico, decorativo e incluso metafísico. Distintas alienaciones que privaban a la obra de arte de su autonomía. Buscaban obras que no refirieran sino a ellas mismas. Esto fue una reacción ante la perdida de territorio, en el caso de la pintura debido a la irrupción de la fotografía y la imagen en movimiento, un intento por encontrar el valor y lenguaje intrínseco de cada disciplina artística. En la pintura esta senda de autonomía tomo dos caminos principales, por un lado el hiperrealismo, tratando de convertir la obra en objeto independiente de significados o referencias, un objeto-en-si-autorreferente; por otro lado la abstracción. Supongo que lo que propone esta pieza podría denominarse como hiperrealismo abstracto.
Por otro lado, hay una voluntad consciente de huir del concepto de arte urbano, como intervención artística en la calle, a través, y sobre todo, del grafitti, pero también mediante intervenciones, acciones o instalaciones urbanas. Todo un campo de actuación que va desde las derivas situacionistas de Debord y compañía hasta las intervenciones de Banksy en el muro de palestina, pasando por las plantillas que invadieron nuestra ciudad en los meses previos y posteriores a la guerra de Irak, las paredes granaínas del Niño de las Pinturas o el simple tag en el metro de cualquier adolescente…
Mi intención ha sido alejarme de estos referentes, intentando organizar un viaje de sentido contrario: desde la propia calle y aquello que nos ofrece hasta la sala de exhibición, el espacio escénico o simplemente el espacio que re-contextualiza la materia. No se trata tan solo de mostrar el camino inverso, sino de descubrir como ese cambio de sentido (espacial) daba como resultado (o era la causa de) un cambio en la forma de sentir. Frente al grito, la llamada de atención, el deseo de modificar actitudes, de decir “aquí estoy”,de modificar la forma de utilizar la ciudad, es decir, frente a este carácter social del arte urbano, propongo algo más intimo, más pequeño, más discreto, con toda la capacidad que tiene lo sutil, lo táctil, de llegar a otros lados.
Nuestra acción involuntaria, rozando un mueble al hacer una mudanza, arrancando un cartel, apagando un cigarro contra el suelo, dejando caer un poco de pintura, raspando un contenedor con el coche, desconchando una pared al clavar un clavo, limpiándose la boca con la servilleta. Los charcos de lluvia, la mancha de una gotera insistente, la pudrición de la madera de la puerta, un cristal roto, la hierba creciendo entre las uniones de las losetas, la forma de una costra al cicatrizar una herida, el árbol quemado por el rayo, las torrenteras arrastrando el agua del deshielo, el choque de las olas contra la roca, los campos cultivados, los yacimientos minerales… …ese instante auténtico, ese instante de plenitud, un tiempo irrepetible que se hace presente de una vez por todas…Concepto, fotografías, vídeo y edición de sonido: Emilio Tomé.
Agradecimientos: Paz Rojo, Julio Camarena, Jose Luis Baringo, Rolando San Martín, Ikerne Giménez, Elena Córdoba y Oscar Hernández.